viernes, 28 de octubre de 2011

adverbios de octubre

Mirada verde, by Víctor Olvera
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 Mirada verde, by Víctor Olvera

Casi termina octubre y es la alameda
una feria de libros y peatones casi apurados.
Todos venden algo.
Algunos compran algo.
Una brisa, un pequeño sol
una artesanía, un libro viejo, un autor joven
murmullos, automóviles, frenesí, impaciencia.

Aburrido, expectante, molesto, impaciente
sucede el tiempo y los adverbios
mientras espero, te espero, 
deseo que aparezcas.
Octubre aún es primavera, inherentemente
pero le falta, esencialmente tu presencia
para que florezca, primordialmente tu mirada

Entonces la camisa, blanca
con pequeños calados
generosamente entreabierta,
deja ver, apenas, los cuartos de luna
de tus pechos.
Los miro y el pudor te hace cubrirlos.
Las pecas te rodean las mejillas, el cuello
los hombros
casi llegan al cuarto de luna de tus pechos
sensualmente necesarios.
Tus manos me preguntan, 
tu mirada sigue verde
siguen sucediendo los adverbios

Apenas un instante
esencialmente frágil.

Apenas un momento
fundamentalmente etéreo.

Apenas un segundo
básicamente una medida de tiempo.

Apenas tus labios
frágilmente tiernos.

Esencialmente honesta
tu mirada
las líneas de tu palma
realmente auténticas.

Especialmente tiernas
tus manos
Tus largos dedos delgados
imprescindiblemente
anudados a los míos

sueño


una fragilidad, sin adverbios
mi corazón ante tus pecas
dorando pequeños soles

Casi termina octubre
y aún tus labios no han sido besados

esencialmente

ni desnudados los pequeños soles
de tus pechos

fundamentalmente.

miércoles, 19 de octubre de 2011

HOY, OCTUBRE Y LOS PÁJAROS

                                                                                           





imagen: http://www.imagenesyfotos.com/fotos/fotos-pajaros.jpg



Hoy me levanté con ganas de no escuchar noticias, sino cantar a los pájaros de octubre. 
¿Te acordás de octubre?. 
Hay tantos octubres, pero yo sólo pienso en el octubre de hoy, que apenas empieza como otro día más, pero es de menos. Te explico.
Hoy estoy exhausto, extenuado, rendido, desfalleciente... 

Son tantos los sinónimos que expresan mi fatiga en esta mañana de octubre... las noticias, no son novedad. Casi diariamente un asalto a mano armada. Intensamente se presentan los candidatos o elegidos que mienten. Todos los días accidentes de tránsito.  Cada siete  jornadas una muerte violenta.  Una vez al mes una violación y una mujer violada. Cada tanto un feminicidio, homicidio, suicidio. Cada vez más exhasperante la lentitud de los juicios por la verdad, como solemne y digna las viejitasque son  cada día más viejas esperando con sus arrugas y mirada que se recupere la memoria, que la justicia no mire para otro lado como si nada. Y los pájaros de octubre, callados.
Por estas cosas que te digo, es que hoy me levanté con ganas de nada. Nada, es que estoy rendido ante los asaltos a mano armada, los chicos que siguen estando en la calle, el viejo muerto que se murió de frío...

Hoy no puedo, hoy no quiero escuchar candidatos ni elegidos, ni saber del tránsito, las muertes, violaciones, las manos armadas, ni de los chicos en la calle, ni de viejos que se mueren de frío, ni enterarme que otro juicio se posterga.  No puedo con los mentirosos candidatos  o elegidos, ni el tránsito, las muertes,  las violaciones, las armas y los viejos y el frío y los juicios que se demoran. No puedo. Ellos me han podido y yo hoy, no he podido evitar que el candidato o elegido me mienta, el tránsito me atropelle, la muerte se retracte, los acusados sean condenados, el chico siga en la calle, o el viejo se muera dignamente de viejo,nomás y no por el frío.
Te parecerá extraño escuchar de mí, si apenas me conocés, que hoy no quiera otra cosa que querer escuchar pájaros, un simple piar de gorriones, por ejemplo.  Que quiera ver volar una mariposa y no un avión... pero no te confundás, no es que no quiera, sino que no puedo, estoy cansado, maltrecho, reventado de estar bancándome sólo el frío del viejo y su muerte, y la mentira del candidato o elegido que siempre matan, por ejemplo, la esperanza, y la lentitud de los juicios, que siempre matan de viejos a los que esperan la verdad y la justicia, y a los acusados que se mueren de viejos indignos porque ni uno solo ha dicho dónde está algunos de los que secuestraron, abuelos, padres, jóvenes y niños... casi nada.
Hoy, en este dicinueve de octubre, sólo quisiera escuchar al pájaro de tu voz cantándome en la oreja, sentir tus manos de mariposas sobre mi hombro, saborear tus labios de duraznos soplándome un beso tierno y a tu brazo de abrazos y ternuras diciéndome, no, no estás solo, yo estoy aquí a tu lado para ayudarte, que me ayudes y así tal vez, a uno sólo, con uno sólo sería necesario, nunca suficiente, evitar que un alguien nos mate la esperanza,  que no haya un accidente de tránsito, otra muerte, esa violación, aquel asalto, el pibe que se paquea por la calle, la muerte vieja que mata al viejo muerto de frío solitario, y al viejo solitario que se va a morir callando dónde están los muertos que mataron. Cómo ordenar las prioridades, carajo, qué poner primero ante tántas muertes, y yo pidiendo el canto de un pájaro, un beso de tu boca de duraznos... Hoy yo también soy noticia, pero junto con vos, te juro, aunque hace rato que no jure ni me santigüe frente a las catedrales... es que hace tánto tiempo que me olvidé que el Dios mío ya no es mío ni nuestro, porque algunos putos curas también son violadores o pederastas, o consoladores de genocidas y la Iglesia que me bautizó no lo hable ni condene ni se levanten las sotanas de los obispos, para cagarlos a patadas. Yo, te juro, alguna vez me dí de golpes contra el pecho por mis pecados, hasta que me golpearon la cara, y las dos caras de la mejilla,  y la tuya, la de María, la de Pedro y aquél que bajo la capucha no fue consolado, de aquella que bajo la capucha fue violada, de aquella que encerrada  le secuestraron el hijo y aún no se lo devuelven ni a la madre muerta ni a la abuela viva. 

Por estas cosas que digo es que te pido, a vos que recién me conocés, en este día de octubre, es que pido un canto de pájaros, un beso de tu boca de duraznos, un brazo de tu brazo de compañera que me abrace, que me permita sostenerme, que me permita sostenerte, que nos permita sostenernos. Eso es lo que pido, apenas una, una sola de tus manos y así, seguro que entre los dos ya seremos más y seguro, seguro, seguro, entre los dos escucharemos cantar a los pájaros..



lunes, 17 de octubre de 2011

TE DESEO UN BUEN DÍA









Te deseo un buen día, en este día diecisiete
para que a tu tiempo de mujer plena le amanezca
un amanecer de sonrisas en la cara
una buena carcajada que asombre a los escépticos
que bata en retirada a los vates del desánimo
que sea tu risa batiente batida removida removiente,
una risa en marejadas, un tsunami de algaradas,  
y a bordo de las náyades de octubre te descubran
madre, amiga, compañera y "luz alumbrando"
al decir de la Violeta.

Te deseo en este octubre, un año, un mes, una semana
un día, una hora de un tiempo sin tiempo
que se detenga ante tu ternura y la agrande,
la lance por los aires, la hamaque entre los árboles del parque
rodee las manos de tus hijos, abrace los dedos compañeros
se eleve en mariposas, en pétalos de rosas, de amapolas,
de flores que florezcan en cualquier momento del año.

Te deseo un buen día en este día de octubre
porque octubre, ¡qué se yo porqué será que fue y es octubre!
pero es octubre el tiempo del tiempo que nos une
en esos hilos de karma, en esas líneas de las manos,
en esa ternura de madre, en ese brillo de mujer
que surge y se evidencia en rubores de mejillas

Te deseo tardecitas de octubre,
amaneceres de octubre
piolín de volantines de octubre
y nada más que no es poco
ni tampoco es tanto
pero bueno, al fin y al cabo,
en este día diecisiete sólo quería recordarte,
decirte, desearte un elemental y sincero
¡buen día! desde el sincero espacio de estas Geografías






domingo, 9 de octubre de 2011

Nada, es octubre



Domingo remolón, de lentos despertares.

Entre el sueño y la vigilia, 
un parpadeo de mariposas sutiles 
y el olor de las plantas 
que se cuelan primaverales anunciando 
frescuras de tranquilidad. 
Lo respira infantil, adolescente, sonríe
Aún la modorra la aquieta sobre la cama.

Al fin se levanta, lentamente. Tiene tiempo.

Sonríe, un bostezo lánguido, 
estira los brazos horizontales 
las piernas en longitud hacia el piso.

Descalza, camina sobre la alfombra, la madera, 
la cerámica, llega a la cocina. 

Con lentitud de pertenencia, prepara café.

Respira el aroma, se sirve una taza grande, 
rodea la taza con ambas manos, las entibia.
También en el jardín el sol ya alto, 
rodeando cada una de las hojas, verdes
las entibia.

Abre la ventana, 
deja la taza de café sobre el alféizar,
sale al patio, atraviesa el camino de lajas
entra al césped, 
Siempre con los pies descalzos
siente el frío de la piedra, del verde, 
le hacen cosquillas.Sonríe, se sonroja.
¡Hace tánto tiempo!

Se arreboza en la sutil transparencia
que protege su media desnudez
estira los brazos hacia el cielo, hacia el sol,
cierra los ojos, y deja que elpícaro 
y masculino calor, 
le recorra la cara y el pecho
Sonríe, se sonroja. Sonríe. 
¿Alguien la estará mirando?
El calor en su cara, no es de sol.
No. Nadie mira, ni se ha dado cuenta 
que ella está despertando.
- Soy Yo, de nuevo, Sol, soy yo -dice en su mente.
Y gira, se esponja el cabello, 
baila un poco Isadora Duncan, 
transgresora
se sonroja, se ríe, sonríe. 
Casi que grita su felicidad al aire

Uno de sus hijos, somnoliento, 
desde la puerta de la cocina
¿Ma? ¿Qué hacés?- interroga a media lengua
Nada- le contesta - es octubre. 
Vuelve a envolver con su rebozo, 
su pudor  de madre, y de mujer
Pero sonríe.

Pasa finalmente el domingo, 
llega un lunes de feriado, 
llega un martes de trabajo
llega el jefe de la oficina, serio, preocupado
casi imperativo, se detiene, la observa 
casi que frunce el ceño, le pregunta.

Ella simplemente sonríe y dice, 
nada, es octubre.

Yo, en mi trabajo, sonriendo esperanzado
sueño ser octubre.

Y sonrío, me río, de oreja a oreja
de pared a pared entre la montaña de papeles
que burocrática y asfixiante, me quiere tapar el sol

Llega una compañera de oficina, apresurada
presurosa me entrega una serie de expedientes
Son para ayer- me aclara, preocupada.
La miro, sonrío, me río, los tomo
- ¡Buen día!- le digo
_ No es para risa ¿qué te pasa hoy?

_ Nada, es octubre- le contesto

Arriba de nuestras pisos y oficinas
el de ella y el mío, y el de tántos otros
en edificios horizontales, cuadrados
neutros y avejentados, por sobre el smog 
y los miles de automóviles 
y ruidos alienados y asfixiantes
el sol está sonriendo.
_ Es que, nada, es octubre! 
le dice a la luna en retirada
Y ambos sonríen, esperando uno por la otra
a que llegue otro domingo de lentos despertares.





martes, 4 de octubre de 2011

octubre

 





Me gusta esa casa  con sus anaqueles y maderas
los estantes llenos de libros, los libros  y las plantas.
Me gusta esa casa  pero más quien la habita
con sus ojos y horizontes, aunque sea larga 
su distancia de saudades
en lo profundo de sus ojos y mirada.

Porque son largos sus dedos de ternuras,   
intensas las líneas de sus manos
me callo ante cada uno de sus silencios 
pero revivo en cada palabra
que ella pronuncia, escribe o deletrea con paciencia de artesano.

Cuando ella está en silencio, 
me contengo ante sus manos que abarcan imposibles
dejo sueltos sus dedos finos que trazan arabescos orientales
pero me abandono ante su boca que deletrea siluetas de ternuras.

Hoy, de repente, mientras pensaba en ella, corre el viento.

Cálido, impertinente, asfixiante, ese viento que sopla prepotente
azotando los árboles o perturba voluntades en alturas insondables.

Hoy, ella rompe el silencio, casualmente sin casualidad ,
quizás sabiendo, quizás porque ella es poeta sin saberlo
desata el piolín de mi alegría y me lleva con él de la mano
como un volantín infantil, a volar las tardecitas de octubre.

Entonces ya no pesa este calor de verano
esta sequedad de desierto con que el zonda 
nos abandona de humedad y voluntades
y hace que las náyades  busquen su refugio
en lo profundo de las aguas de  lagunas 
de la antigua huan aca che

Entonces recuerdo, yo la conocí antes
que su manos olvidaran llankanelo 

recuerdo estar cerca de su casa 
ser abrazado por su boca y sus palabras  
sus manos y ternuras, y la memoria 
me trae los  festejos de  las náyades
su alegría de octubre y humedales.