miércoles, 9 de noviembre de 2011

ATISBOS DEL ALMA (II)

Estaba viendo un programa de televisión, 678. Criticaban al maffioso machista de Il Cavallieri.
 Pasaron una parte de Va pensiero Nabucco. Verdi, y ésta ópera en particular, siempre me han traído una saudade especial, me pone la piel de gallina, aunque no sea poética la expresión, y me salen lágrimas ñoñas que son lágrimas nomás. 






Invariablemente, al escuchar Nabuco, recuerdo cosas de mi militancia durante los 70's. Insignificante, pero auténtica.

Auténtica, pero significante, fue la militancia de María del Carmen Marín Almazán, "Ave", todavía desaparecida. De ella nadie, guarda ni muestra siquiera una fotografía que la recuerde. Yo sólo conservo la imagen de ella en el taller de zapatería de su compañero, cuando él, a la luz de una vela, leía para nosotros, Carta para Julia... "pero tú siempre acuérdate, de lo que un día te escribí, pensando en Tí, pensando en Tí, como ahora pienso".

Pienso en la Carta, en los  hijos, en los míos, en sus nombres, en la compañera con la que los engendramos, y a nuestro modo de divorciados aún los seguimos gestando, sacando lo mejor de nosotros mismos. También al escuchar Va pensiero en noches de zonda y sequedades como las de hoy, pienso en los desiertos de Altos Limpios pero también en las aguas que bajan de la montaña 
para hacerlos complemento de totalidades en los oasis irrigados. No hay un lado claro de ying ni un lado oscuro de yang, malditos complementos de una única realidad que a veces es clara, y a veces oscurauando estas cosas me suceden me obligo a pensar que es invierno, que el frío es necesario para que llegue después la Primavera, y que  los frutos más jugosos sólo llegan con el verano.malditos complementos de una única realidad que a veces es clara, y a veces oscura

Clara como Nahira, ese sueño de Mujer que aún vive en la palma de mis manos, pero todavía no llega a mi costado, sobre la cama, para seguir soñando, juntos.



Oscura negación de saber dónde está el cuerpo de Ave, malditos complementos de una única realidad que a veces es clara, y a veces oscura
 ¿Habremos hecho lo suficiente, Ave? Pienso en eso, invariablemente, cuando el tema de Verdi gira por segunda o tercera vez,  pienso en la carta para Julia y nuestra militancia de esperanza en aquella  patria liberada que soñamos con ella y con tantos, los más de trescientos que ya no están aquí en Mendoza  e invariablemente, me vuelvo a mirar la línea de las manos, esperando, esperando que llegue la Nahira para ahogarme en sus claridades y poder seguir resucitando con ella a mi costado




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