¡ KUSIYA KUSIYA, ABDAYALA! Leandro Poroyan, Juan de la Maza, Rubén Vigo y Osvaldo Tramontina celebran el Año Nuevo del Sur con Música y Poesías Jueves 26 de setiembre 2013- 20 hs- Sala Roja Espacio Le Parc- Entrada libre y gratuita
PRINCIPIO
Pienso que exista el Tiempo. Cielo, Sol, Luna, Aire, Tierra, Agua. Cielo verde, Sol caliente, Luna plena, Aire claro, Tierra fértil, Azules aguas. Con ellos haré la simiente perdurable Será viento con el tiempo Suave viento de los tiempos en el aire. Habrá Luceros, Lenguas, territorios con sus nombres, una sangre originaria. Bajo los cielos del país dorado que me invento, seré un poco tierra, todo sol y algo de luna, cuerpo de maíz y alma transparente de laguna...
La obra musical es Camille Saint Säens Canción de otoño es de Paul Verlain De la imagen no tengo datos El texto final pertenece a la novela que estoy corrigiendo para imprimir, Amapolas de plomo, puñaditos de arena,inédita
Los sollozos más hondos
del violín del otoño
son igual
que una herida en el alma
de congojas extrañas
sin final.
Tembloroso recuerdo
esta huida del tiempo
que se fue.
Evocando el pasado
y los días lejanos
lloraré.
Este viento se lleva
el ayer de tiniebla
que pasó,
una mala borrasca
que levanta hojarasca
como yo.
Suenan
los primeros acordes de Introducción y Rondó Caprichoso en La Menor, op 28, el
humo se eleva invocando rituales de antiguos soles, una lentitud de violín gitano susurra
confidencias apasionadas al oído…. Ella las escucha, gira lentamente sobre un pie, extiende sus
brazos, inclina la cabeza, deja que el cabello le flote alrededor, se
arremoline sobre su rostro, descienda envolviendo la cintura, desde la cual se
quiebra, se levanta, rompe en un vertiginoso trompo andaluz, se inclina, recobra el equilibrio, vuelve a
girar y a girar, concentra la respiración. La mejilla incendiada en arreboles detiene
abrupta sus ojos a centímetros de mi asombro.
¿Qué ves? me preguntan sus labios
entreabiertos debajo de una mirada todavía adolescente pero desde la cual,
nuevamente en giros de fuego, se deja caer sobre sí misma.
Que De Falla compuso
el Amor Brujo cuando te vió danzar a Saint Säens, le contesto, hipnotizado por los movimientos
de quien, aun en el minúsculo espacio del cuartucho, se mueve con la suave
elegancia de Maia Plisetskaya en los cisnes de Tchaikosky.
_ ¿Y...qué
más? - interroga sin mirarme cuando el piano suena estremeciendo el teclado y a
mí mismo, su pecho levántándose en respiración agitada y voluptuosa, su
larguísimo pelo extendido como una rosa negra alrededor de la cabeza perfecta. Desde
ella hasta los pies, todo su cuerpo ondula ingrávido las llamas de un fuego
interior, seagita en etéreas
convulsiones. La impetuosa cálidez de un Zonda y la refrescante electricidad de
una tormenta tropical laten apasionadas en cada gesto de su cuerpo. No sé… no
encuentro palabras… no encuentro las palabras adecuadas, mejor dicho… Suspira con
los párpados cerrados y una languidez que ya querría Verláin para su Canción de
Otoño. Deberíamos seguir el análisis político, digo para romper el hechizo. Me
arrimo al tocadiscos y le bajo aún más el volumen. Mhm- dice ella abriendo los
ojos, me mira, vuelve a suspirar profundo tratando de calmar su inquietud, pero
dentro de su cuerpo se siguen estremeciendo los rondó fusionados con el amor
brujo, y ellos por esencia, se resisten a ser calmados.
Pasa el tiempo. El brazo del tocadiscos se
levanta, vuelve a caer sobre el mismo surco, Verlain continúa explicando que “los sollozos más hondos del violín del otoño
son igual que una herida en el alma de congojas extrañas sin final”.
Me despierto en mitad de un sueño. Es la hora seis de esta mañana de mayo, de este año en que los mayas profetizan todavía después de cinco mil años. Intranquilo. Busco un abrigo, enciendo un café, sorbo un cigarrillo. Paseo las páginas, ese punto, una pausa, un giro de palabras en la novela que se empeña en no darse por concluída. Sigo respirando insatisfecho. Vuelvo a la cama, a las sábanas y al porqué de la intranquilidad, vuelvo a las teclas, al cigarrillo a la silueta de esa mujer que, como la novela, se empeña en no darse por vencida. Abro el correo, electrónico por supuesto. Bebo al poeta, recorro el cuerpo desnudo de la esta mujer en la fotografía, la sonrisa de esa otra mujer. Recorro a Himket, contorneo a Munch, este abrazo es mejor que su grito, el grito desgarra, el abrazo abraza, hundo mi paz en la intranquilidad de su cintura, le hago el amor, con calma, con fuego, en brasas abrazados. Afuera llovizna. Inusual para Mendoza, natural para el mayo de este año de profesías y temporalidades. Desde la cama, ella me llama. Coloco el punto, corrijo la coma. Aun resta una fotografía, una música, un video para el blog.Desde la cama, ella me llama, me nombra por mi nombre, me urge, apasionada, encendida, vehemente, desnuda... termino el post, cierro el blog, y camino lentamente, muy lentamente hacia el dormitorio. Aún intranquilo, quiero,deseo, suplico, grito, en el vano de la puerta,quiero saber si esa mujer es solo huesos en una mortaja, una lluvia de mayo, o la cálida, desnuda y total, mujer de mis sueños, el fin de las profesías.
Maestro por equivocación, jubilado de la docencia pero no de los aprendizajes, escribidor de textos y poesías, escapador cuando puedo de las alienaciones del System, prisionero de los afectos, esclavo de la honestidad, temeroso usuario de la palabra, contestatario cuando puedo y a veces quiero, especialmente vinófilo de los Rojos de Perdriel, salvo cuando "el agua brota pura y cristalina de la madre tierra", vividor consuetudinario y con suertes extraordinarias. Creo que todavía estoy vivo.En la primavera del 2.010 se me murió la poesía junto con unos cuantos pedacitos de corazón. Pero he vuelto, "cantando al sol como las cigarras", a sobrevivirme.